La gente se preocupa más en parecer que en ser, en cumplir estrictamente con todos los parámetros de “vida perfecta” impuestos por la sociedad. Entonces, la gente actúa muy a menudo para complacer a los demás y toma decisiones para quedar bien con todos aquellos que creen tener la razón. ¿Quiénes realmente son y quiénes aparentan lo que son? ¿Quiénes son lo que quieren ser o son lo que otros necesitan que sean?
Desde muy pequeños nos enseñan que nuestro primer objetivo en este mundo es adaptarnos a la sociedad como si nosotros estuviéramos por fuera de ésta. Así, nos educan con la obligación de reintegrarnos a la sociedad bajo sus condiciones para poder encajar en la “normalidad”.
Ser “anormal” y “desadaptado” pueden sonar terribles. Pero, en un sistema que está obsesionado por el orden social y su mantenimiento, y que no ha logrado funcionar, vale la pena ser todo eso que nos dicta la locura de nuestra conciencia.
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Patricio Vásquez
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