Para muchos el sexo se reduce exclusivamente a la función reproductiva, es decir, por el hecho de nacer también estamos "obligados" a reproducirnos. Entonces, se habla de sexo solamente desde la idea de la concepción de otro ser humano, pero no se nos habla desde el placer, desde el derecho que también tenemos a no querer reproducirnos. Decidir no tener hijos no te vuelve menos ser humano como nos quieren hacer sentir. Reclamamos libertad todo el tiempo, pero cuando alguien decide hacer lo contrario a lo socialmente establecido, nos parece aberrante y lo juzgamos. Así, se juzga a la esposa y al esposo que con tantos años de matrimonio no tienen hijos, a la pareja que con tantos años de convivencia no tiene hijos, al hombre y a la mujer que está cerca de los 30 años de edad y no tiene hijos.
Tal como se respeta a aquellos y aquellas cuyo anhelo es ser madre y padre de familia, también debe respetarse el anhelo de quienes no quieren convertirse ni en madre ni en padre. Sé que en la escuela nos repitieron el discurso de que "el ser humano nace, crece, se reproduce y muere", como si las funciones de la vida creadas por el mismo ser humano para someternos, fueran verdades absolutas e indestructibles.
Hay que alejarnos más de las funciones biológicas y acercarnos más a lo verdaderamente humano desde la capacidad que tenemos para decidir.
Artículo: Tatiana Sandoval
Diseño: Tatiana Sandoval
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