"Sentirse sexy": para los estereotipos, un pecado; para los tabúes, una negación; para los hombres una virtud; para las mujeres la 'putería' en su máxima expresión, para mí, el derecho que todas y todos tenemos a sentirnos seguras y seguros bajo nuestra propia piel, a explorar nuestra sexualidad sin temores, porque no es un pecado hacerlo, porque es la naturaleza de nuestro cuerpo. No deberíamos sentir miedo de sentirnos sexys, no deberíamos avergonzarnos de vernos sexys, no deberíamos explicarle a nadie los motivos por los que queremos disfrutarnos así de sexys. Tenemos que aprender a vivir siendo sexys para provocarnos a nosotros mismos, aunque los demás ilusamente crean que los provocamos a ellos. Tenemos que trabajar para reconciliarnos con nuestro cuerpo desde nuestra propia sexualidad de la que nos han hecho avergonzar como si fuera algo extraño de nuestra vida.
"Sentirse sensual": Un pedazo o toda nuestra piel al descubierto está en su derecho y que importan los kilos de más o de menos que critiquen los otros y las otras, se trata de nuestro cuerpo. Que importa si somos altas o bajitas, si las estrías, las arrugas, la celulitis o las cicatrices forman parte de nuestra propia marca. Que importa si no encajamos en los moldes de la sociedad, que importa si no cumplimos con el patrón de las medidas perfectas si ninguna es igual a otra, si cada una tiene sus propios atractivos y eso es lo que nos hace únicas en esta tierra.
Ya no más peleas con nuestro cuerpo, necesitamos más decisión, más acción, más coraje para sentirnos sexys y sensuales porque realmente lo somos.
Libertad es también disfrutar nuestros cuerpos con sus curvas, con sus gorditos, con sus huesitos, con todos los defectos y las virtudes que le encontremos. Somos más que una imagen, somos de lo que estamos hechas por dentro.
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Mabel Cox
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