top of page
Foto del escritorTatiana Sandoval Pizarro

Comentario sobre "El Triángulo Negrero"


La historia está también marcada por hechos abominables, que para quienes los impulsaron en su momento, estos fueron el equivalente de grandes “hazañas”, “un gran espíritu empresarial” y “capacidad de decisión”. El hecho atroz al que se hace referencia es el comercio de esclavos negros, una actividad inhumana, que se convirtió en uno de los negocios más prósperos de Inglaterra y que fue aprovechado por otros países europeos para asegurar mano de obra gratuita en los territorios subyugados de América.


África se convirtió en el proveedor del cargamento humano para el negocio triangular. Los barcos ingleses arribaban hasta las costas del continente, donde los capitanes negreros desembarcaban para la cacería. Esta práctica estuvo legitimada por la idea de “raza” que puso a los blancos como lo único humano y proveniente de la creación de Dios. Bajo este argumento, humanos esclavizaron a otros seres humanos.


Como es evidente, la iglesia también contribuyó a legitimar esta actividad, es así que, los cristianos bautizaban a los negros antes de que fueran llevados a América, donde eran vendidos por materias primas que posteriormente se transportaban hasta el Puerto de Liverpool. Es así como funcionaba el “triángulo negrero” o el “triángulo maldito”.


Hoy, todavía se cuenta con “orgullo ajeno” que Inglaterra es la cuna de la Revolución Industrial. Esto solamente se puede seguir sosteniendo en una historia que maquilla datos como que la máquina de vapor que impulsó esta revolución fue pagada con las fortunas de los mercaderes de esclavos. Resulta sencillo jactarse del “progreso” cuando se ignoran sus verdaderas bases. No faltan tampoco aquellos que pretenden aliviar culpas refiriéndose a que los esclavos sí recibían un salario (entonces, desde este criterio no es importante la condición de esclavitud, sino el pago). Son los mismos que no confiesan que el sistema jornalero se estableció cuando Inglaterra tenía más oferta que demanda de sus productos y ante eso tuvo que empezar a pagar a los esclavos para que además sean consumidores. La verdad es que detrás del progreso no hay ingenio europeo, sino una historia de horror ocultada que con la sangre de sus víctimas posibilitó el desarrollo industrial y del que solo se tiene como referencia la versión de la victoria.


Artículo: Tatiana Sandoval

Diseño: Patricio Vásquez y Tatiana Sandoval


70 visualizaciones0 comentarios

Entradas relacionadas

Ver todo

Comments


bottom of page