Ser niñ@ y vivir a plenitud la niñez como debe de ser es una verdadera fortuna 😇. Veo estas fotografías, la primera cuando tenía cinco años de edad. Era una niña introvertida, jugaba la mayor parte del tiempo sola, andaba leyendo todo lo que se me asomaba y escribía todo lo que se me ocurría. Mi palabra favorita era "radiodifusión" (nunca la había leído antes, pero de repente un día mientras jugaba a ser maestra pasó por mi mente y la comencé a escribir a menudo para que no se me olvidara). Tuve la dicha de de contar con un tío que me adelantó en la lectura y en la escritura antes de ir a la escuela. Me encantaba bailar con mi hula hoop, andar en bicicleta, jugar con la patineta, saltar la cuerda, jugar con la pelota a la "quemada", colorear dibujos, etc. De mi niñez también tengo un montón de caídas que las recuerdo muy bien, mi mamá era quien me curaba las heridas y con sus "santas recetas" me ayudaba a cicatrizarlas hasta desaparecerlas.
Hoy que ya estoy adulta con 28 años de vida me doy cuenta que no he dejado de ser niña, que aún ando bailando en casa con el hula hoop, que armo mis coreografías, que la bicicleta es mi mejor amiga, que papá me enseñó lo mejor a mis cinco años de edad: "el equilibrio de la vida". Entre mis cosas de adulta también hallarán una cuerda y algunos dibujos, porque aún sigo saltando, aún continúo coloreando y también no he dejado de caerme, tengo más cicatrices, ahora difíciles de tratar, pero aún me aplico remedios caseros en las heridas y la verdad han funcionado, no porque las hayan borrado sino porque no han quedado tan terribles.
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Russbel Sandoval Vergara (papá) & Tatiana Sandoval
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