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Foto del escritorTatiana Sandoval Pizarro

Pasemos de la normalidad a la humanidad

La pregunta no es cuán preparados estamos para el “distanciamiento social” que empezará desde el 4 de mayo, sino cuán responsables son las autoridades y los ciudadanos y ciudadanas para asumir esta nueva fase. Dejo esto para refrescarnos un poquito la memoria:


*Desde el inicio las autoridades no pudieron evitar que el Covid-19 llegue a Ecuador. Nos engañaron con controles mediocres que dizque se realizaban en los aeropuertos internacionales para detectar el nuevo coronavirus en las personas que llegaban desde otros destinos a Ecuador, mejor dicho no se realizaron controles. A las autoridades se les salió de las manos el primer caso, aquí les dejo el enlace de la “Historia no contada de la paciente 0” https://www.planv.com.ec/historias/sociedad/esta-la-historia-no-contada-la-paciente-0-ecuador.


*El Viceministro de Salud, Ernesto Carrasco tuvo el cinismo de decir que los médicos quieren andar “disfrazados de astronautas todo el día y ese no es el protocolo pertinente”, más tarde el nuevo Ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos responsabiliza al personal médico por los casos de Covid-19 entre los profesionales de la medicina, ya que según él no han cumplido con los protocolos de emergencia, no han usado los trajes adecuados (que no les dieron desde el principio) a lo que añadió que los profesionales médicos no se han contagiado en las unidades de salud sino fuera de ellas. Además entre ministro y viceministro se contradicen con respecto a las cifras de trabajadores de la salud contagiados por Covid-19, aquí la nota: https://www.elcomercio.com/actualidad/zevallos-contagios-trabajadores-salud-ecuador.html


*El número de personas infectadas que existen actualmente en las 24 provincias del país es de supuestamente 22.719, me refiero en supuesto porque considero que esta cifra no está acorde a la realidad que vivimos, a la transparencia con la que se debería manejar este tema tan delicado, así como tampoco lo está la cifra de decesos a causa de esta enfermedad.


*Las autoridades nacionales dispusieron el aislamiento domiciliario con “toque de queda”, restricciones de movilización, sanciones, etc. para controlar el crecimiento de la cifra de contagiados, pero los 48 días de aislamiento domiciliario que estamos próximos a cumplir han dejado ver que el país está plagado de desigualdades sociales, que los índices de evasión fiscal son muy altos, que la mayoría de ecuatorianos y ecuatorianas sobrevivimos del trabajo informal, del que se hace en la calle, que aquellos que contaban con un trabajo formal fueron despedidos a pesar de los anuncios que hiciera el Ministerio de Trabajo, pues de las ventas diarias depende el sueldo de los trabajadores y si no hay ventas no hay sueldos. Mucha gente está endeudada con la banca, con diferentes tipos de préstamos y tarjetas de crédito. La banca tampoco espera, la banca ha seguido cobrando aún en emergencia. Así también hay quienes no han podido contar con ahorros para aguantar esta crisis, ni siquiera el país tiene ahorros sólo deudas externas como nos recuerda siempre en las cadenas nacionales el Presidente Lenín Moreno. El hambre se convierte en otro problema, la impaciencia desespera a todos, el tiempo no perdona y se vuelve enemigo de la economía. Nos queda reinventarnos y aceptar que la vida no volverá a esa “normalidad” a la que estábamos acostumbrados. Si no aprendemos de esta lección mundial, entonces de nada habrá servido esta tormenta que nos está dando un “jalón de orejas” sin discriminación.


*La falta de disciplina y de cultura también se han hecho presente, no podemos negar que se han desacatado las disposiciones, que mientras unos permanecemos en casa, otros se pasean afuera sin protección, atacan a la fuerza pública, juegan al gato y al ratón y esa indisciplina ha empeorado la situación. Nos falta valorar la salud y la vida propia y la de los demás, pero si ni siquiera valoramos la nuestra, dudo mucho que se lo haga por quienes nos rodean. En medio de toda esta cruda realidad también somos un país solidario, que busca la manera de ayudar a aquellos que viven del diario, al vecino y a la vecina que ya se le agotó la comida y entre tanto todos quienes habitamos esta nación terminaremos pagando de nuestro propio bolsillo las graves consecuencias de esta crisis sanitaria, económica y social. Esta “administración” nacional no ha sido capaz de enfrentar muchos problemas con los que dice heredó el gobierno y peor aún ha sido capaz de enfrentar esta terrible situación para la que nadie estuvo preparado, es verdad, sin embargo, en el camino debemos aprender a ser responsables. Cuando tenemos malos gobiernos no nos queda de otra que ser buenos ciudadanos por el bienestar de nuestras familias. El gobierno ahora nos quiere produciendo, ya que plata no tiene y nos necesita urgente, somos las hormiguitas quienes sacamos adelante al país, eso que quede claro, sin los humildes trabajadores ningún gobierno ni empresario tampoco pueden subsistir.


Me quedo con las palabras del periodista Fernando del Rincón: “al Ecuador lo sacan adelante los ecuatorianos”, así ha sido siempre y esta vez no será la excepción, así que no esperemos más de las autoridades (como dice mi mamá: “no hay cómo sacarle sangre al cangrejo”). Nos toca arrimar el hombro y lo más importante aprender a ser responsables. No hagamos de esta nueva fase “sálvese quien pueda” como ya leo a muchos, hagamos de esta nueva fase una oportunidad para salvarnos todos siendo muy disciplinados y mañana recordemos estos días como los de una lección aprendida para corregir, para mejorar el comportamiento de la humanidad, seámos esa generación que pasó de la normalidad a la humanidad.

Artículo: Tatiana Sandoval

Edición: Tatiana Sandoval


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