Mi vida laboral
- Tatiana Sandoval Pizarro
- 27 ago 2020
- 3 Min. de lectura
"Aprendí la necesidad de reinventarnos, de rediseñarnos e inclusive de inventarnos la profesión".
Esta es mi vida laboral:
A los 18 años tuve una de las experiencias más maravillosas de todas las profesiones: ser docente de dos de mis asignaturas favoritas: Estudios Sociales y Ética Profesional. No fue fácil asumir esta gran responsabilidad cuando recién acababa de cumplir la mayoría de edad, pero fue un gran reto para el que me preparé día y noche, pues no quería dictar clases, quería aprender y enseñar a quienes se convertirían en parte de mi vida siendo estudiantes. A los 19 años me involucré en el mundo de la radio como presentadora de noticias, luego comencé a realizar reportajes y a colaborar con mi voz para campañas y spots publicitarios, y como mi curiosidad siempre ha sido grande, aprendí a editar audio y video en Adobe Audition y Sony Vegas, respectivamente, esto como resultado de que después de que grababa me quedaba a observar el proceso de edición, lo que me ha servido en la actualidad para hacer mis propios programas en redes sociales. A los 20 años comencé a trabajar como recepcionista de un hotel sin ninguna experiencia previa, solo con las mismas ganas de aprender. El contacto con diferentes personas del país y del mundo fue muy enriquecedor, relataba mis pocas experiencias turísticas para aquel entonces y trataba de guiar a los visitantes por los bellos destinos de nuestro país y desde luego, los huéspedes me contaban sus experiencias y me invitaban a conocer aquellos lugares a los que ellos habían viajado. A los 21 años se me dio la oportunidad de ser administradora del hotel, ¡qué difícil manejar personal, padecí mucho!, pero siento que siempre hice lo correcto. A los 22 empecé a realizar inventario en una farmacia, fue el primer trabajo en el que no me sentí a gusto con mi actividad, sin embargo, conocí una infinidad de medicamentos que hasta el día de hoy los recuerdo, también fui cajera en la misma farmacia, la venta de medicamentos me encantaba, aunque al cierre de la caja corría el riesgo de que por alguna razón me faltara dinero y tuviera que reponerlo. A los 23, en la misma farmacia me pasaron al departamento de contabilidad para la realización de retenciones. Honestamente la contabilidad no es lo mío, aprendí y también lo que conocí me ha servido para las actividades diarias de mi vida. Admiro a quienes ejercen esta profesión, pero esto definitivamente no va conmigo.
Después de esta narración de diversos trabajos que a muchos les asusta y que de hecho hubo quienes me han cuestionado diciéndome que si he sido buena trabajadora, por qué no he durado en los trabajos. En fin, no dedicaré estas líneas a explicar cada uno de los motivos de salida, pues me basta con decir, que jamás he podido soportar las injusticias y que de cada trabajo rescato lo mucho o lo poco de lo bueno que me ha servido para comprender el mundo laboral bajo relación de dependencia y para vivir la vida con conciencia.
Pero si eso les asusta, se caerán para atrás con lo que viene después en mi vida laboral, pues a los 23 años se me principalizó como concejal, después de casi un año de ganar elecciones como concejal alterna en el 2014. Esta ha sido una de las etapas más duras y apasionantes de mi vida laboral y de la que me llevo lo peor y lo mejor, pues conocí el mundo de la politiquería y el de la política y gracias a ello supe lo que quería y lo que no quería para mi vida y para la sociedad. Y para culminar, a los 24 años volví a emigrar internamente en mi país, desde ahí hasta la actualidad he pasado por dos ciudades en las que he realizado trabajos de cajera en un restaurante, atención al cliente en heladerías y cafeterías, mesera y lavadora de platos en un chifa, asistente administrativa en un Preuniversitario, asistente de ventas en una Constructora, diseñadora gráfica en un Instituto de Neurociencias, asistente de compras en una ferretería, hasta que finalmente estoy laborando de forma independiente haciendo muchas de las actividades que me gustan, que me apasionan, que me permiten seguir conociendo más de lo que he pretendido y que corresponden a los servicios detallados en mi sitio web.
Cada trabajo ha sido conseguido sin palancas ni padrinos ni madrinas. Cada trabajo logrado ha sido en base a este extenso currículum.
Aquí no hay arrepentimientos, hay conocimientos, tampoco hay inestabilidad, hay una gran exploración única en su especie que hasta me ha inventado no solo una sino muchas profesiones.

Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Patricio Vásquez
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