top of page

Vuela

Fuiste más que este mundo

en todos los años que llevas aquí,

perdiste el miedo a morir

y de a poco te acusó

el espanto de vivir.

Te vi tantas veces entrar

y jamás salir, no sé cómo hacías

para regresar sin por lo menos

morderte la lengua de las ganas

que sentías de abrir esa puerta.


En tú sitio soñaste toda la vida

y jamás te echaste a volar,

dejaste en prendas tus alas

para quedarte aquí

enseñando a volar a los demás

y ahora que ellos ya saben

cómo hacerlo tú has olvidado

cómo lanzarte al cielo.


Se te enfrió el cuerpo

hasta que los sentimientos

te llovieron en granizo

por los rincones de tus últimos

encuentros con la soledad.


Tenías morada la ilusión,

verde la sonrisa,

grises en el pecho,

negro el último golpe

que recibió tú irascible corazón.

Ya no sentías, tú abrazo

era frígido con el calor de mis manos

que frotaban tú espalda

de tantas cruces cargadas.


Yo no me veías, tú indiferencia

no me permitía mirarte

para abrirte los ojos

y decirte que debías volar

hace mucho tiempo.


Aunque no me escuches,

en algún momento me gritarás:

“¡ya volé!, ¡ya soy libre

para decir que tú también

debes emprender este vuelo!”.

Artículo: Tatiana Sandoval

Fotografía: Patricio Vásquez


Comments


bottom of page