Extraña, desconcentrada,
irreconocible, desordenada,
sin ideas por dónde empezar,
como ahora.
Sin líneas que aguanten el pensamiento,
con ganas de estar fuera del tiempo.
Extraña como cada día,
en ocasiones con ánimos
de querer hacerlo todo,
en otras con intenciones
de no hacer nada.
Distraída por todo lo que veo,
imaginando lo que no encuentro,
confundida entre lo simple,
despreocupada de lo complejo.
Pienso en todo
y me quedo en nada.
No le encuentro lógica
a ninguna explicación.
Y no busco explicar nada
en esta sociedad
de reproducción.
Son extrañas las líneas de la vida
y quiero seguirlas escribiendo
por el resto de días que se terminan.
Estoy hecho de locuras
y eso me fascina.
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Mabel Cox
Comments