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Foto del escritorTatiana Sandoval Pizarro

Viejos recuerdos en vida

Actualizado: 3 jul 2020

Cae la noche entre un lamento

y allá arriba en el firmamento

las estrellas brillan para estas vidas

que están sentadas en falsas caricias.


Aquí en la tierra de los muertos

veo el pasar de viejos recuerdos

que me miran vagamente

con unos ojos secos y débiles.


Los recuerdos van caminando lento,

paso a paso esperan al tiempo,

van andando entre los vivos y los muertos,

van pisando el suelo que construyeron.


Al mirarlos clavan en mí sus espejos

y veo mi rostro en un trago

amargo de arrugas.

Entre las trizas de mi cuerpo 

me miro, me miro y no me encuentro.


En sus ojos están mil secretos

que aún se callan los remordimientos.

Veo en la luna su alma enloquecida

por los días que se terminan.


El amor exprimió el corazón

de los viejos, los errores

los van pensando en el cielo

y el olvido de sus seres queridos

es el entierro de lo que un día fueron.


Entonces.... a los recuerdos les hablo

con una sonrisa apretada en el llanto.

Ellos salpican lágrimas de sus palabras

y escupen su coraje con vendas en sus almas.


Son tan frágiles, son atardeceres

que se ocultan en algún horizonte.

Su existencia es un estorbo

pegada en la pared de los solos.


Los recuerdos sólo buscan matar los días,

esa rutina que los lastima,

esa vida que los denigra,

esos años que se refugian

en la pasada dicha.

Nadie se acerca a alumbrar sus sentimientos,

esa vida que tuvieron,

esa fuerza que se quebrantó con el tiempo.


Mendigan caricias, mendigan frases de aliento,

mueren por el decir de un TE QUIERO,

y en lo más profundo la comprensión

les fallece y nadie se sienta

a comprenderlos.

No quiero ver sus rostros cuando me hablan,

porque las pocas caricias que les quedaban

ya están petrificadas y tratando

de pintarme ellos sus vidas

la memoria les falla por las heridas.

Su pasado va andando destrozado,

sus pasos cortos y pausados caminan

por el puñal que les lleva hasta el cementerio,

mas el terrible olvido

ya los ha sepultado sin cuerpo.


La pobreza en los viejos recuerdos

es la humillación más grande de su realidad,

mueren rodando en las calles

o en el desprecio de su sangre.

Viejos guardados en un ropero

donde la polilla carcome

la poca felicidad que detuvieron

y el beso, el beso de los recuerdos.


Al final su soledad se enterrará

en un lugar que nadie visitará.

Un alma vieja se perderá

y sus hijos no se acordarán.

Artículo: Tatiana Sandoval

Fotografía: Tatiana Sandoval


¡Muchas gracias por compartirme su tiempo! Si estos versos les gustaron y consideran que pueden gustarles a otros no dejen de compartirlos. ¡Sean felices siempre! 😃


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