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Foto del escritorTatiana Sandoval Pizarro

Soñar con fe

Y si hubiese persignado aquel sueño,

y es que hay sueños que salen de la cuna

aun cuando a los dieciocho gatean

y se paran agarrándose del velador.

Y si aquel sueño que hoy persignase

en el meollo de mi dormir despertante

no se hubiese entregado tan apasionante

al abrir de los ojos de un ángel,

ese ángel que sin el desvelar de este sueño

caminaría en las sucursales

de mis lágrimas hasta descubrir

lo cobarde que puedo ser si le pierdo.


Como tomar una tijera y dividir

una lámina de papel

se dividió la mariposa de mi sueño,

¿alguien quizás encontrará el flanco

de este destino nunca imaginado

que va creciendo y se ve más pequeño?,

es probable que no.

Son las horas de la noche

las que me tatúan nuevamente

el dolor en las venas hasta graparlas

para salvar no un destino cualquiera.

Resignada acepté que hay sueños

que se ofrendan, no podía hospitalizar

eternamente su ser, es por eso que

corrí hacia la capilla para pellizcar

mi ofrecimiento, aunque mi corazón

ya lo había prometido hace mucho tiempo.

Y hay sueños que se rezan,

pero este rezó y se cambió

por el vivir de los demás,

por un corazón renovado que supe entregar

a su cuerpo en el que abnegué

todo el amor que me brotó

de multiplicarme todos los sentimientos.

Y fue ese día que despedí a mi sueño

y fue ese día que lo arrodillé ante Dios,

y con las manos albas y vacías,

temblando de incertidumbre,

a punto de anular la decisión,

se tornaron todas las dudas

en dádivas del Señor,

quien me envió un milagro

en señal de respuesta

a un amor que le juré

con empuñada lealtad y fe.

Domingo, veintidós del mes del trabajador;

interné con candidez mi sueño,

quizás después se enferme

y pase a cuidados intensivos,

no sé si como ella lo resista.

El catéter que me inyectan

cada vez que me preguntan por él

creo que ya es suficiente.

Por cada acto de compasión

los hematomas no dejan en paz

a mi cuerpo.

A ti te devuelvo a una mujer saludable

en lo crónico que se volverán mis días

y aun comiéndome las uñas de la angustia

me parece por fin dormir entre las trampas

que la felicidad de este sufrimiento

me acarreó y ya dormida sé que mi sueño

no se olvida, pero que al momento

navega en las nubes del cielo y otros peldaños

tendré que escalar para alcanzarlo.

Has respetado mi fe y sé que cuidas

de ella, el ángel de mi sueño

en lo inmenso de tú cielo

y por eso luzco sigilosa para no perturbar

los devaneos que se integran al epílogo

de un soñar que ya no es mi sueño

y entonces se reza otra vez

en el pensamiento y no me queda más

que persignarlo para no

traicionar el camino

que me has encomendado

alzar desde mis pies

hasta más allá de mis hombros.

Poema dedicado a mamá Mechita


Artículo: Tatiana Sandoval

Fotografía: Patricio Vásquez


¡Muchas gracias por compartirme su tiempo! Si estos versos les gustaron y consideran que pueden gustarles a otros no dejen de compartirlos. ¡Sean felices siempre! 😃


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