Cuenca, 18 de junio de 2016
Que no hay mejor delineador
para mis ojos
que el contorno que los define.
Que no hay mejores sombras
para mis párpados
que su propia piel.
Que no hay mejor rímel
para mis pestañas
que verlas alargadas
en su propia naturaleza.
Que no hay mejor rubor
para mis mejillas
que verlas sonrojadas
cuando me repites
lo hermosa que soy.
Que no hay mejor polvo
para mi rostro
que cubran todas
las manchas y las cicatrices
que tu disfrutas como
un día entre el sol y la lluvia.
Que no hay mejor lápiz labial
que aquel color de rosa que está
pintado en ellos de forma natural.
Que te gusta el color de mi cabello,
ahora más brillante con tus cuidados
y no el de aquel tinte
que lo pudiera maltratar.
Que te gustan mis cejas voluminosas,
que te enternecen mis pechos pequeños,
que te encantan, así como son.
Que te gustan mis manos grandes,
mis uñas sin pintar,
mi cintura un poco estrecha,
mis caderas angostas
y mi piel morena
curtida entre tantas aventuras
en las que me he expuesto al sol.
Que me prefieres
con chalinas,
con cintillos y pañoletas,
con las artesanías
decorando a mi cuerpo,
con todo lo que prefiera yo.
Que me prefieres sin nada
que oculte lo que soy,
que me prefieres desnuda
o vestida con lo que soy yo.
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Mabel Cox
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