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Foto del escritorTatiana Sandoval Pizarro

Los pechos y el espejo

Nunca entendí por qué no crecieron,

más aún por qué cuando les preguntaron

que si les dieran la oportunidad de operarse

se quedaron con la oportunidad de ser

los más pequeños de la clase.

Par de limones mirándose

en mis frustraciones de escuchar

lo que dice mi propio género,

que mi pecho es una tabla en el espejo.


Yo soy el espejo de mis pechos,

los observo bastante tímidos

que se planchan más cuando los miro.

No los dejarían salir en televisión,

no están en los noventa

y tampoco revientan

en ninguna de mis prendas.

A mis pechos no les importa nada,

son tan libres,

no usan sóstenes,

no brincan mientras yo salto.


Mis pechos siempre me dicen

que no quieren

que los toque el bisturí,

menos que el silicón los inflame

de una ilusa belleza.


Son tan graciosos mis pechos,

la mayoría de las chicas

mueren por una talla más,

mientras ellos se quedan aquí

muy satisfechos del tamaño que tienen,

sin ganas de hacerle problemas a mi mente.

Pensé que querían ser un paraíso

en mi cuerpo y me doy cuenta

que se ganaron el paraíso

desde que aceptaron sin reproches

su naturaleza.

Está bien, si ustedes se aceptaron

¿por qué mis reflejos los va a rechazar?,

¡si se ven tan bellos!,

yo no puedo decirles lo contrario.

Par de limones:

me empezaron a gustar

cuando supe que no tenían

esperanzas de crecer

y no es que me conformé,

en lo sencillo de mi autoestima

así me siento muy bien.

Artículo: Tatiana Sandoval

Fotografía: Patrizio Vásquez


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