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Foto del escritorTatiana Sandoval Pizarro

¡Salud, escritores mortales!

Gracias a Dios somos mortales

y más amigos que nuestra mortalidad

que por eso estamos enterrados

en el mismo mausoleo,

con los mismos invitados,

los típicos curiosos

y los periodistas que nadie ha llamado

copiándose del uno al otro

la nota que se publicará mañana

en todos los medios.


Una de esas noticias dirá:

“los mataron muertos”,

a otra le pondrán:

“los mataron vivos”

y entre muertos y vivos

ninguna tiene sentido.


Bien muertos estamos aquí

amigo Juan Ignacio

y mientras los guaguas nos lloran,

nosotros celebramos nuestra mortalidad

con un vaso de colada morada.

Acá en mi país así nos recuerdan

el dos de noviembre,

además nos traen flores y velas,

nos elevan con una oración

y nos dicen al final

de la conmemoración

sigan descansando en paz.

No creo que la paz sea

para los que mueren,

más bien pienso que la paz

es un descanso para los vivos.


A nosotros Juan Ignacio

nos cayó la tierra de las letras

y con esa tierra

hemos hecho nuestro cielo

para dejar inmortalizados los pensamientos.


Llegamos a estas cajas vestidos

aun cuando nos trajeron desnudos.

Llegamos a estas cajas

inesperadamente aun cuando

alguien con ansiedad nos esperaba.


¡Tranquilos todos!, en Salamaga

la muerte es estar pensando

en otro mundo mientras nos desprendemos

la vida escribiendo con la tiza

que fabricamos del polvo

de nuestros huesos.

¡Salud amigos escritores

por nuestra mortalidad!

Artículo: Tatiana Sandoval

Fotografía: Mabel Cox


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