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Foto del escritorTatiana Sandoval Pizarro

Pachamama

Es la Madre Tierra

que un día nos brinda todo

sin pedirnos nada a cambio

y los seres humanos

nos aprovechamos de ella.

Es la Madre Tierra

que otro día va arrasando con todo

y nosotros no sabemos

cómo afrontar su enojo.


¿Cómo saber si la Tierra

está temblando por dentro de dolor

o se está prendiendo de coraje?

Los seres humanos siempre hemos alterado

su geografía, hemos colocado en ella

ostentosas infraestructuras

creyendo que su vientre siempre las sostendría,

nunca imaginamos que las demolería.


Es ella, la Pachamama

en nuestro idioma ancestral,

la que nos cobijó en su vientre,

la que solo nos pidió

que no la pateáramos tanto,

que no hiciéramos travesuras

con sus raíces, que no ensuciáramos

sus ríos y mares, porque ella

también es de tierra como nuestros cuerpos.

Es la Pachamama la que ahora

quiere expulsarnos y no para traernos

al mundo si no para retirarnos de él.

Es prematuro, eso pensamos,

la Pachamama no puede abandonarnos.

¿Cómo podemos suplicarle

si jamás la cuidamos?

Hay fallas geológicas, es cierto.

Las placas tectónicas también rozan,

está comprobado científicamente.

Se acumulan sedimentos en las laderas

de las montañas, nadie puede negarlo,

pero nuestra Pachamama también

llora, llora en silencio, se ahoga

entre lágrimas sin que nadie

pueda escucharla,

eso nadie lo ha estudiado.

Ya no puede más nuestra Pachamama,

se cansó, se está desahogando,

se está estremeciendo

y nosotros solo quedamos

atrapados entre escombros,

eso fue lo que construimos

para enterrarnos.

Es la Pachamama, nadie puede culparla

cuando los culpables somos nosotros.

Artículo: Tatiana Sandoval

Fotografía: Mabel Cox


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