No ves que me hiciste admirar
tus bosquejos, que contrastaste
los matices del cielo de invierno
en mis pupilas. Aun cuando tus ojos
solo miraban a escala de grises
le pusiste a tus tapices
los colores del arco iris.
No escuchas mi voz
mas la sientes en tú gran composición
con tan solo dirigir los acordes
de tú corazón. Ahora todos
escuchan tú sinfonía,
ahora todos te recuerdan una vez al día,
eres el mago de la afonía musical.
No hablas y me has dicho
con tus gestos que la violencia
en el mundo se detiene con amor.
Te comunicas con la naturaleza
y prometes protegerla más que
los que esperan una cumbre
para señorear con sus arengas.
Me diste un abrazo, yo te extendí
mis grandes manos para sentir tus brazos,
los que no se incluyeron cuando naciste,
pero emergiste con más capacidad
de abrazar que aquellos que teniendo
brazos te dan la espalda, te golpean
o se ponen límites para sentir.
No me comprendes, hay muchos
ruidos atormentando tú mente
y de esos ruidos escribiste un cuento
y ahora yo te lo leo.
Eres mi héroe, eres mi heroína,
vas derribando barreras
y sembrando esperanza sin fronteras.
El cuento no termina aquí,
aquí empieza tú carrera,
no vas por una medalla,
vas por la conquista de tus derechos,
corres por un final feliz para todos,
luchas porque ellos te vean
como tú los quisieras ver algún día.
No temas, yo te siento,
yo sé que tú eres capaz
de levantar la victoria.
Si tú no estuvieras aquí
la gente seguiría llegando
hasta donde le digan que existe
un límite, el que tú ya excediste
CAMPEÓN
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Tatiana Sandoval
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