No queremos rosas
para que nos dañen con sus espinas.
Queremos seguridad
para estar en nuestras casas
y para no ser violentadas
cuando estemos en las calles.
No queremos homenajes
de las autoridades por un solo día,
si siempre nos faltan el respeto
cuando opinamos de forma
distinta a sus “ideales”.
Queremos que se nos escuche
sin decirnos que somos “inmaduras”.
No queremos obsequios.
Queremos nuestra libertad
sin tildarnos de vagabundas.
No queremos una tarjeta.
Queremos el compromiso
de que nunca más seremos víctimas
de pensamientos machistas.
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Patricio Vásquez
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