Para mi ahijada Dannita
Quizás no sea mucho el tiempo
que te pueda dedicar
mi ahijada, mi princesa real,
la que no necesita estar en un libro
de cuentos para hacer mágicos
los momentos que hemos estado juntas.
En mi mente vives siempre
narrándome tus historias,
tus sueños, tú risa,
tus más tempranas ideas de la vida.
Aquella tarde que estuviste conmigo
en casa sigue impregnada con broche de oro
en mis más cálidos recuerdos.
Esa tarde te escuché mi princesa,
te escuché cantar con la originalidad
de tus letras. Tomaste la guitarra,
entonaste tú ritmo y cantaste
para esta sociedad, le hablaste
de las injusticias, le suspiraste
por un planeta sin niños y niñas
viviendo en la violencia,
sin niños y niñas que tengan
que tomar también las armas
para apuntar a la sociedad
y defenderse de ella.
Mi princesa, eres una mariposa,
capaz de volar por los jardines
y los paisajes más bellos.
Vas en plena libertad, volando
sin que nadie te pueda alcanzar
hacia tus sueños, entonces ya no hay nadie
quien pueda detenerte por tú cielo.
No seré tu hada madrina,
pero soy parte de tú vida
para compartirte mis experiencias
y con ellas enseñarte
a crecer, dándote valor a ti misma,
dándole valor a tú mamá,
quien más tarde dejará de mirar
a la niña, para contemplar
a la gran mujer que ha logrado formar.
Sigue cantando mi princesa,
yo quiero verte más que en un final feliz,
yo quiero verte siempre feliz hasta el final
y si allí puedo estar, quiero ser la madrina
que con un gran abrazo
pueda ser el hada que te demuestre
que sin varita mágica podemos
ser felices toda la vida.
Te amo mi Dannita
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Germania Castillo
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