Tú fuiste el estratega
y yo fui tú estrategia.
No aprendiste de mí
a actuar sin estrategia,
yo no aprendí de ti
ninguna estrategia.
Ese fue el problema,
escucharte siempre
y jamás escucharme a mí.
Tú estrategia fue siempre
hablarme para manipularme
y yo como una inconsciente
manipulé mi razón
para darte la razón a ti.
Fui demasiado sincera,
y aunque a veces dudé
de estar en una realidad,
fuiste tú el que me construyó
una nueva realidad
a tú imagen y semejanza.
Fuiste un estratega,
ese fue tú trabajo,
trabajaste conmigo,
me investigaste,
me exploraste el corazón
y el corazón te permitió
que entraras con tus ideas
sin imaginar que provenían
de un plan muy mezquino.
A pesar de las experiencias
y el tiempo, no he cambiado,
no he cambiado mi honestidad
y sigo hablando y respondiendo
sin pensar que soy parte
de una estrategia y es ahí
cuando peco de ingenua.
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Mabel Cox
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