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Foto del escritorTatiana Sandoval Pizarro

Análisis de la política local en versos

En esta “política” mal concebida

se empezó vociferando

que para gobernar y legislar

los miembros del Consejo Municipal

tenían que sacarse la camiseta

del movimiento o partido

por el que fueron elegidos

y ponerse la del pueblo

¡y vaya que lo entendieron mal!,

pues hubo quienes pensaron

que tenían que sacarse la verde

para ponerse la roja y demostrar

al pueblo de que llegaron a conciliar.


Ya lo dije una vez y no me cansaré

de repetirlo, la esperanza

no está en el verde sino

en la actitud de la gente,

la pasión no está en el rojo

sino en el corazón con el que la gente

defiende lo que por justicia le pertenece.


Quieren cambiar la historia

de mi patria fronteriza

resucitando los errores del pasado

que tanto criticaron y que cada

vez que pueden los reviven

con insultos, cometiéndose actos

de hipocresía, pues también

fueron parte de ese pasado

que no fiscalizaron,

en que siendo minoría

utilizaron ese espacio no para legislar

y fiscalizar sino para comportarse

como el muchacho malcriado,

que a gritos por la radio fingió

hacer oposición incitando al odio.


En este país se elige con democracia

y nos gobiernan como monarcas.

Los alcaldes se creen reyes

y al pueblo lo hacen su sirviente.


Echarle flores a la autoridad

por cada gestión u obra que realiza,

por más mínima o máxima

que esta sea, se ha transformado

en un acto de liturgia.

¿Y es qué acaso no acabamos de entender

que ninguna autoridad nos está

haciendo un favor,

que es su responsabilidad,

porque para eso nosotros le dimos

el voto de confianza en las urnas?,

¿es que es tan difícil de comprender

que todo lo que haga la autoridad

es parte de su trabajo y que por eso

también percibe un salario?,

el mismo que hay que aprender

a sudarlo como suda bien la camiseta

el pueblo desde muy temprano.


Las sesiones de consejo no son

un momento protocolario

ni los concejales figurillas de un asiento,

mucho menos elogiadores

del primer personero municipal,

porque muy contrario a eso,

los concejales son asesores, concejeros

del alcalde, los que autorizan

para que él solo ejecute.


Las sesiones de consejo son el espacio

y el tiempo que les pertenecen al pueblo.

Las decisiones que se toman

no pueden ser asumidas sin el debido

conocimiento, para eso los concejales

gozan de criterio o es qué a quien

le gustaría tomar una decisión

sobre algo que no se le informe a tiempo

y mañana cuando la gente pregunte

por qué se votó de ese modo

no se sepa qué responder.

Lo dijo mi amigo Juan Ignacio:

El que tiene el poder hace

que la ley le sirva y esta

administración municipal se acuerda

de las leyes cuando quiere deshacerse

de quienes los ha empezado

a considerar como un obstáculo,

es decir, son capaces de crear leyes

no para organizar y regular

la municipalidad sino para

reorganizar las piezas que

no responden a sus intereses.


El poder vuelve soberbios

a muchos, los hace gritones, déspotas,

amedrentadores, creen que

así pueden dominar y en realidad

dominan, pero no gobiernan,

no se dan cuenta que la soberbia

les resta el respeto del pueblo,

que sus gritos y amenazas

no son más que eso,

porque se guardan la capacidad

de demostrar con hechos

lo que prometieron en campañas.


Los méritos para ocupar un cargo

quedan a un lado cuando los compromisos

de campaña de dar trabajo

a todo el mundo sin importar

los niveles de conocimiento

son los que priman en los

sillones de los departamentos.


Han sido tantos los compromisos

que se vieron obligados a crear

auxiliares para cada puesto

aun cuando el caso no lo amerita.


Así es la politiquería,

mientras en unos cargos sobra el trabajo,

en otros las redes sociales

mantienen a ciertos funcionarios

que no son de relaciones públicas

muy ocupados.


El chisme es el que se corre en cada

pasillo, cada uno defiende lo suyo,

atacando al compañero para quedarse

con su lugar de trabajo.

La participación ciudadana

es un instrumento de juego,

esto es lo que piensa el gobernante de turno:

“cuando me convienen que estén los llamo,

cuando no es así, espérense que

después cuando yo quiero

le doy explicaciones al pueblo”.


En este gobierno se toman decisiones

de carácter vital a puerta cerrada

y luego se convoca a la ciudadanía

dizque para socializar cuando

ya resolvieron sin consultarnos,

luego nos hacen alzar la mano

no para determinar que estamos

de acuerdo con sus propuestas

sino para fotografiar

que estamos respaldando a su gobierno,

así es como el populismo trata

de confundir a la gente.


Se enojan por lo que se les publica

en las redes sociales,

pues según ellos nosotros desinformamos,

quizás tengan razón, pues aquí

a los ciudadanos digitales les toca adivinar

lo que ellos no informan a su debido tiempo,

pero la verdad de todo esto

es que las autoridades

que nos desautorizan el uso

de la palabra en público

le temen al conocimiento,

la piel se les eriza cuando el pueblo

empieza a conocer las leyes

que ni ellos mismos han aprendido

a conocerlas e interpretarlas bien.


Hay que ser sinceros

cuando uno habla con la ley en la mano

y la verdad en los labios

te niegan todos los espacios,

pero por fortuna en este nuevo siglo

tenemos a vuestra disposición

las redes sociales que ya son consideradas

como medios de comunicación alternativos

y de influencia para facilitar la participación

ciudadana. Aquí no necesitamos

pedir la palabra ni tampoco aceptar

un no como respuesta,

sencillamente necesitamos guardar

el mismo respeto a todos

como cuando estamos afuera.

Eso siempre lo hemos hecho,

sin embargo comprendo que nuestro

castigo para que no se nos conceda la palabra

es conocer y decir sin miedos

lo que analizamos, porque por dicha

no tenemos compromiso con una

persona o élite sino con todo el pueblo.


No se hace crítica constructiva

para derrocar a un gobierno,

muy al contrario se hace

crítica para ayudar a gobernar,

esa es nuestra responsabilidad

como mandantes, ser los primeros

fiscalizadores de nuestros recursos.


Es que es difícil entender

que por ovacionar tanto a alguien

su ego crece y luego la autoridad

puede pensar que todo lo hace perfecto

y después ¿cómo rectifica

los errores que como seres humanos

todos cometemos?


La unidad no es algo que se pida

cuando no se lo consolida desde adentro,

la unidad no significa en que todos

digan: “estamos de acuerdo”,

aunque no lo quieran, porque eso

no es unidad, es presión.


La unidad se fortalece cuando

se reconoce con sustento las buenas obras

y se crítica con argumentos los desaciertos.

La unidad se constituye cuando

escuchamos más de lo que hablamos

y cuando nos hemos aprendido a autocriticar.

Así como en la familia el hermano

tiene sus defectos y virtudes que destacar,

así en la familia política que gobierna

todos tienes sus defectos y virtudes

con las que debemos aprender a convivir,

corrigiendo si es necesario,

pero jamás creyendo que por tener el poder

tenemos la verdad absoluta.


La verdad no es absoluta,

es relativa, por tanto estos

versos son relativos

y no tienen la intención

de polemizar sino de analizar

nuestra realidad y si eso

es polémica, estoy segura

que los que callan son más

polémicos con su silencio.

Si defender fuera guardar silencio,

no quiero imaginar cómo nuestros héroes

de la historia hubiesen podido alcanzar

la libertad con la que estamos hoy viviendo.


Esta experiencia política

la he querido compartir

después de haber estado

adentro en el concejo,

pues no sería coherente de mi parte

hablar desde afuera, de lo que no

he vivido, sin haber asumido

una función que me ponga en los zapatos

de los que nos están representando.


Con estos versos no pretendo

ganar enemigos ni adeptos,

solo quiero expresar con libertad

que ni las formas del gobierno

del pasado ni las de ahora

son las que quisiera que mañana

vivan las nuevas generaciones,

pues los jóvenes estamos

en la obligación no de hacer historia

sino de cambiar el presente

para vivir un futuro digno.


Febrero 2015, en mis últimos días de labores como concejala principalizada en el cantón Huaquillas - Provincia de El Oro


Artículo: Tatiana Sandoval

Fotografía: Anónima


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