Somos mujeres ¿y…? tenemos deberes y derechos como todos.
Ante los últimos acontecimientos horrorosos cometidos en contra de mujeres en nuestro país queda en evidencia que vivimos en una sociedad de violencia permanente, en una “selva de cemento” (tomando las palabras de una popular canción de Héctor Lavoe). La violencia es a nivel mundial, y la lucha contra este mal es un compromiso de todos, de hombres y mujeres, sin machismos, sin feminismos, recordemos que somos humanos ante todo.
El machismo existe porque hay padres, madres y una sociedad en general que “educa” de esta forma. El machismo existe, porque se lo permite, porque la misma madre de familia le enseña a la hija que tiene que estar con el esposo así “pegue o mate”, porque esposo es, entonces mujeres que han vivido la violencia de sus convivientes reproducen más mujeres que aprendan a aguantar la violencia de sus parejas, convirtiendo esto en un acto natural y así es como el machismo se reproduce.
El machismo existe, porque existen quienes se jactan de años de matrimonio o de unión libre junto a sus “compañeros” sin puntualizar que han sido años de infierno, de golpes, de humillaciones, de infidelidades y se piensa que sólo soportando todo esto en total silencio se puede tener una convivencia por largo tiempo sin tener en cuenta que se puede llegar a un fatal desenlace. Tolerar el maltrato dándole razones al agresor es no amarse. Callar es aceptar la violencia.
El machismo existe porque se cree que el tipo nos gritará una sola vez porque tuvo problemas con su familia o en su trabajo; porque nos hará quedar mal por una sola vez delante de nuestra familia y amigos, debido a que hicimos algo que lo incomodó o no vestimos como a él le gusta; porque nos golpeará una sola vez ya que bebió demasiado alcohol o estuvo bajo los efectos de estupefacientes. El machismo existe, porque permitimos que nos maltraten una vez y lo justificamos, luego aceptamos el perdón de nuestro verdugo y el maltrato se vuelve a repetir y el perdón vuelve a venir y la cadena cada vez va teniendo más eslabones. Si nos golpean una vez, lo harán muchas veces hasta llevarnos a la muerte, eso en ninguna circunstancia es amor.
El amor no es ciego, nosotros lo hacemos ciego cuando no hemos aprendido primero a amarnos a nosotros mismos. Olvidemos esa canción que dice: “que quien te hace llorar es quién te ama”, eso es falso, quien te hace llorar no te ama y no te amará nunca.
El machismo existe, porque hay madres de familia inculcando a sus hijos que la mujer con la que se casen debe lavarles, plancharles, cocinarles, tenerles todo listo en la mesa, mantener la casa en perfecto orden, etc. Si la mujer hace todo eso es buena y si no lo hace es mala, por lo tanto, no sirve para esposa.
El machismo existe porque la mujer cree que teniendo hijos e hijas con el agresor él va a cambiar su manera de ser, más con el tiempo se puede notar que el agresor no cambia y que ni siquiera le importa la vida de sus propios hijos, porque sus celos y su supuesta autoridad pueden más.
El machismo existe, porque hay padres llenando la cabeza de sus hijos de ideas absurdas, haciéndoles creer que el hombre es el que manda y si no es el caso es un “mandarina” que se deja someter por la mujer. Hay padres que condenan a sus hijos con esos pensamientos y les enseñan a ver a la mujer como un objeto que deben poseer así ella no esté de acuerdo, por eso hay hombres egoístas, obsesivos, patanes que viven creyendo que una mujer es un trofeo.
El machismo existe por estas y muchas otras causas que me faltan describir, pero como se pueden dar cuenta vivir en un mundo sin violencia es una responsabilidad de hombre y mujer. Pongamos atención a las nuevas generaciones y preguntémonos qué clases de ciudadanos se están formando, quizás sea un futuro violador - asesino o una futura víctima.
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Mabel Cox
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