13 de octubre de 2017
Volvimos a San Joaquín desde el Centro Histórico de Cuenca. En realidad nuestro destino era La Inmaculada, que está más allá de San Joaquín, pero salimos muy tarde de casa, así que decidimos no llegar hasta este lugar y más bien retornar y descansar un rato en el río.
Recuerdo tanto esa tarde de descanso, en la que conversé con Patrizio más de dos horas y el tiempo nos faltó, así que mientras pedaleábamos para retornar a casa seguimos platicando, tratando de cerrar los puntos que nos faltaron.
Nuestra amistad a partir de este momento se consolidó, nos contamos tanto, que hacíamos antes de conocernos, que hacíamos en ese momento a parte de ciclear. Yo le hablé de mi vida en la política, como siempre este ámbito de mi vida no pude dejar de contárselo (de hecho siempre hablo de política). Hablar con él fue liberador. Siento ahora, que la buena comunicación desde que éramos amigos nos ayudó a dar el siguiente paso con seguridad y sobretodo a vivir nuestra relación sin pasajes ocultos que tiempo después pudieran ensombrecer todo lo que hemos y estamos construyendo.
Paisajes
Aquí como me pueden observar estoy piel morena en todo su esplendor. Pedaleaba casi a diario en Cuenca, primero sola, luego en compañía de Patrizio, no parábamos, nos bronceamos mucho, pero disfrutamos cada momento subidos en la bicicleta, explorando esta linda ciudad.
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Patricio Vásquez & Tatiana Sandoval
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