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Foto del escritorTatiana Sandoval Pizarro

Relato de Cuenca a Huaquillas 🚴

Actualizado: 7 oct 2020

El 6 de octubre del 2017 en mis “Diarios de Bicicleta” recuerdo mi salida en la “flaca rosa” a las 8:30 a.m. desde Cuenca hasta Huaquillas a puro pedal, llegando a recorrer más de 225 kilómetros.


Las fotografías que presento corresponden al día previo de este gran reto. El 5 de octubre de 2017, cuando aún con Patrizio andábamos de “arriba para abajo” en las bicis solo como compañeros de aventuras 😊, salimos en nuestras flacas desde el Centro de Cuenca con destino a su parroquia Baños, una vez que llegamos allí, solicitamos información turística y nos recomendaron el Bosque Protector de Ucholoma que pertenece a la misma parroquia, así que los dos dijimos: ¡vamos, aprovechemos que estamos aquí! Fueron largas horas de pedaleo para adentrarnos en el bosque y mientras admirábamos los paisajes y sentíamos la enorme felicidad de estar por las montañas, apartados del ruido de la ciudad, le comenté a Patrizio de mi deseo de ir en bici hasta Huaquillas, entonces comenzamos a planear cómo lo haríamos.


De Ucholoma sacamos muchas fotografías, lamentablemente solo quedaron estas dos de Baños como recuerdo físico, ya que las demás se perdieron, sin embargo, llevamos en la memoria todo lo que vivimos y eso es imperecedero, aquí estamos, aún para contar esta travesía sin fotografías, para describir cómo es Ucholoma, para reírnos de las bajadas en el camino de tierra que se tornaron muy peligrosas, pues las llantas de las flacas no dejaban de patinar y de exponernos a una tremenda caída, de lo cerquita que nos sentimos del cielo y de todo lo que pudimos encontrar en este maravilloso sendero. Llegamos sanos y salvos a casa, una noticia no tan alentadora me esperaba y fue esa noticia la que me llevó a adelantar mi travesía en dos ruedas y sin compañía hasta Huaquillas. Solo le comenté a una persona lo que tenía en mente realizar al siguiente día, no negaré que dudaba, pues viajaría sola y agotada de la ruta del día anterior, aún así me vestí de ganas, le puse combustible a mis piernas, guardé lo necesario en la mochila viajera, dejé con tristeza mi cámara fotográfica para no correr el riesgo de estropearla o perderla y emprendí el largo viaje. Había estudiado el camino en mis tantos viajes de ida y retorno de Huaquillas a Cuenca y viceversa en el bus de la Cooperativa Azuay y me decía una y otra vez: “un día quiero estar por aquí apreciando estos amplios paisajes sin nada que interfiera mi vista, desde ‘la mia bicicletta’, pues con ella todo es diferente” y lo cumplí. Se creerá equivocadamente que de Cuenca a Huaquillas todo el camino es de bajada y no es así, fueron muchas cuestas de dominar, inclusive hasta en las afueras del cantón Pasaje-Provincia de El Oro, pero fuimos con todo, con las ganas intensas de llegar, de disfrutar cada subida y bajada, pese a todo el peligro que corrimos en el trayecto. En mis retinas todavía contemplo mi cara de felicidad, después de superar las cuestas y llegar a las bajadas, entonces me alzaba en la bici y me sentía grandiosa ante todo ese esplendoroso paisaje, el viento implacable me incomodaba, pues me botaba hacia los lados del camino, no obstante, luché para no dejarme llevar.


Tampoco hay fotografías de esta travesía, pues me dediqué ciento por ciento a pedalear, fueron más de diez horas en la montura de mi bicicleta hasta la parroquia Buenavista de Santa Rosa, donde llegué a las 18:30 de ese día, entonces, me detuve en una gasolinera del lugar a tomar un respiro y a buscar un sitio para descansar la noche, ya que un par de policías me advirtieron que si pensaba avanzar hasta Huaquillas en la bici en horas de la noche corría mucho peligro. En la búsqueda de un lugar de descanso, encontré a la familia Bálcazar Mendoza (imposible de olvidar el recibimiento que me dieron como si me conocieran de toda la vida), no solo me hospedaron, también me brindaron alimentos, me ayudaron con la reparación de una pieza de mi bici que se dañó cuando cuando me encontraba en el camino a Pasaje y escucharon el relato de mi travesía, todo esto fue más que emocionante. El 7 de octubre las piernas se preparaban para seguir después de un placentero descanso, salí de Buenavista hasta Huaquillas, en el trayecto hice una parada en la casa de mi abuelita materna María, quien vive en San Vicente de El Jobo - Arenillas (su rostro de alegría al verme es inolvidable), me dio coladita y la bendición para que continúe con éxito en mi viaje y así fue como llegué desde Cuenca hasta Huaquillas en bici un 7 de octubre de 2017, después de 13 horas de viaje.

Artículo: Tatiana Sandoval

Fotografía: Patricio Vásquez


¡Muchas gracias por compartirme su tiempo! ¡Sean muy felices en dos ruedas! 😃


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