Siempre orgullosa del colegio donde estudié. Recuerdo que tuve el privilegio de representarlo por dos ocasiones en los concursos de oratoria a nivel cantonal en los que obtuve el tercer lugar. Aunque nunca logré el primer puesto en el cantón Huaquillas, nunca me desanimé y gracias al entusiasmo del que me contagiaban mis buenos maestros y maestras participé en el concurso intercolegial a nivel de la provincia de El Oro. Sinceramente, nunca pensé en obtener el primer lugar en un concurso de oratoria, mucho menos en la provincia. Mi anhelo de participar en este concurso era poder disertar mi propio escrito de oratoria que trataba sobre el "Papel de la Juventud frente al incremento de Pandillas Juveniles". Este escrito y disertación estuvo bien guiado por una excelente maestra, Katherine Silva. Era mi primer escrito que hacía público de esta forma, por tanto, no fue difícil aprendérmelo, ni mucho menos sentir cada palabra al pronunciarla.
Mi anécdota en este concurso fue la siguiente:
Para muchos el prestigio del colegio estaba en el uniforme, pero para mí esto no era así, pues el estudiante con sus cualidades y talentos demostrados es quien realza el prestigio de su institución. Los críticos decían que el uniforme del "Sara" era sencillo y en términos más despectivos le decían "uniforme de pobre". Cuando fui al cantón Pasaje, donde se realizó el concurso de oratoria y que fue también mi oportunidad para conocer este cantón de la provincia de El Oro, muchos de los estudiantes concursantes tenían un uniforme muy prominente y puedo decir que hasta lo jactaban cuando era su turno de disertar. Mi uniforme sencillo pasaba desapercibido y ante tanta presunción de los demás llegué a sentirme muy pequeña. Luego de disertar, regresé a mi lugar llena de emociones y dije internamente: "Me siento tan orgullosa de realzar el nombre de mi colegio y aunque no lleve el premio, les llevaré esta experiencia", entonces empecé a sentir que después de aquella presentación ni el nombre del colegio ni el de Huaquillas pasarían desapercibidos.
Llegó el momento de los resultados y una estudiante del Colegio Técnico Jambelí del cantón Santa Rosa me apretó la mano y me dijo: "tú serás la ganadora" y yo le contesté incrédula: "no". Empezaron anunciando el tercer lugar, luego el segundo hasta que llegaron al primero y fue cuando escuché mi nombre y apellido. Apenas lo podía creer, mejor dicho, no lo podía creer. Las lágrimas de la emoción se empezaron a notar, había logrado mi primer premio en oratoria a nivel provincial y más que el premio era la satisfacción de dejar en lo más alto el valor del colegio y del cantón Huaquillas y concluí que no importa la vestimenta, el uniforme que se luzca, lo que importa es la calidad de los pensamientos con los que adornes tu mente.
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Tatiana Sandoval
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