Y no lo conocí ni antes ni después, lo conocí en el momento que debía conocerlo, un 14 de abril de 2017. Hoy suman 4 años desde ese maravilloso día .
Patrizio me vio por primera vez en Facebook y luego me envió una solicitud de amistad. Recuerdo que con desconfianza acepté su solicitud, y lo hice sólo por tratarse del amigo de una gran amiga que me había dado buenas referencias de él . Aún así, creí que sería el típico “conquistador” de redes sociales que en el primer chat te escribiría: “Hola guapa… hermosa ¿Cómo estás? ¿Qué haces?” (esto y más pero con faltas de ortografía). Este tipo de mensajes la verdad no me simpatizaban, así que por ahí ya los iba descalificando . Patrizio fue distinto, pues me dio “con la piedra en los dientes” como dice mi mamá . Educado, sin faltas de ortografía y enviándome fotografías de sus aventuras en bici por Quito, y yo prometiéndole que cuando llegara a vivir a Cuenca lo llevaría a pedalear por distintos lugares, y así lo hice.
Un día como hoy, él se atrevió a viajar a Cuenca y conocer esta ciudad por primera vez y de paso también conocerme. Ahora me cuenta que para conquistarme vio la necesidad de romper la barrera de las distancias e ir personalmente a hacer el trabajo de conquista. Pero, yo también hice mi trabajo para conquistarlo, aunque al principio traté de luchar contra el amor que Patrizio iba despertando en mi mente y en mi corazón. Me negaba a sentir lo que sentía por miedo a equivocarme. Y luché conmigo misma diciéndome: “Tatiana no debes enamorarte” (creo que a muchos nos pasa esto en la etapa de negación). Hasta que en un momento me dije con valor: “Tatiana, si te equivocas no pasa nada, amaste y eso es lo importante” y fue así como vencí el temor. ¡Y qué lindo es amar y seguir amando cada día sin miedos! ¡Gracias a ti amore mio!
Artículo: Tatiana Sandoval
Fotografía: Mabel Cox, Patricio Vásquez y Tatiana Sandoval
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